Despiertos en la vigilia
POR LUIS AUBELE / ESPECIAL PARA BUENA VIDA
Llevamos una gran carga (el pasado), que pasa por un punto diminuto y breve, el ahora, para dirigirse hacia un futuro generalmente ilusorio. La meditación como herramienta para lograr una plácida lucidez, para estar despiertos en la vigilia. “La razón puede ser nuestra mejor amiga o nuestra peor enemiga. Hay una famosa frase que dice: ‘¿Qué quieres, ser feliz o tener razón?’”, reflexiona el doctor Alberto Lóizaga, autor de "Aptitudes que sanan, alcanzar la felicidad a través de la meditación". Agrega que la mente fragmenta la realidad en partes y eso crea una sensación de temor e inseguridad, a partir de lo cual vivimos asustados, creando una actitud defensiva o de enfrentamiento. “La mente es como un reloj de arena que lleva una gran carga (el pasado), que pasa por un punto diminuto y breve, el ahora, para dirigirse hacia un futuro generalmente ilusorio. Trae del pasado una carga de cosas que pudieron ser y huye hacia un futuro creyendo que vamos a vivir mejor. Y pasa por alto que lo mejor surge de nuestra propia presencia en el ahora”, detalla. Lóizaga es médico clínico, psicoanalista e instructor de técnicas de meditación, tanto que incluyó esa práctica en la terapia. Se graduó en el Concord College, en Kent (Inglaterra), fue jefe de residentes del Hospital de Clínicas y es docente de la UBA. ¿Cómo tendría que ser la actitud de la mente? Cómo la de un paracaídas bien abierto, para sostenernos. Porque si la mente no se abre, si permanece cerrada, comienza a enredarse, a emitir juicios y a buscar culpables. ¿La mente no juzga en continuado? En realidad, el juicio permanente es la tendencia habitual de la mente, pero si uno enjuicia siempre, se queda viendo sólo una parte de la verdad. Desconoce lo profundo, cree que enjuiciando va a encontrar la inocencia o una verdad, cuando es justamente lo contrario. Porque si uno tiene la tendencia a enjuiciar, a la larga también se sentirá culpable. ¿Cuál sería la salida? En primer lugar, aceptar que cada ser humano es único y extraordinario, y capaz de crear su propia realidad. Que alcanzar la felicidad debe ser nuestra verdadera naturaleza. El ser humano intrínsicamente nace con todas las condiciones para encontrarse a sí mismo y ser felíz. ¿Qué le dice su experiencia como médico? Justamente, lo que pude observar de común en los seres humanos, más allá de la raza, de la edad, la política o la religión, es que todos queremos sentirnos conectados con un bienestar interior profundo de amor y paz, que es creativo, y nos permite crear nuestra propia realidad. Ahora se suele hablar de un gran cambio evolutivo. ¿En que consiste? En una capacidad nueva, en activar el famoso quinto elemento. En vez de cambiar lo de afuera, elegir cambiar uno y lograr crear una comunión, una energía común con los demás hombres. El hombre es Homo sapiens, que significa que es capaz de saber que sabe, soltando la confusión de la mente. La mente confunde porque trabaja con símbolos, con pensamientos y los pensamientos representan a la realidad con palabras. La salida es la técnica de la meditación. ¿Qué es la meditación? Meditar es lo opuesto al concepto cartesiano “pienso luego existo”. Porque “eres quien escucha sus pensamientos, no eres lo que piensas”. Meditar no es la entrada a un lugar inaccesible para otros ni es privilegio de una sola persona que llega a esa trascendencia para luego relatar “lo que vio” a los demás, que vivimos en la sombra. Es una invitación a todo aquel que quiera ejercitarla a penetrar en un estado de alerta máxima, a una plácida lucidez, a un estar despierto en vigilia, a llegar a la paz profunda. Es regresar adonde no sabíamos que ya estamos, al alma. ¿Y qué es el alma? Somos seres espirituales en una experiencia terrenal. Somos luz y sonido y seguiremos siéndolo, con o sin cuerpo. El alma es esa energía permanente que sostiene nuestra presencia, nuestro cuerpo y nuestra mente. El alma vive ahora. Es eterna, sin tiempo. El alma es invisible a los ojos del cuerpo, pero puede reconocerse en nuestro interior por sus efectos: paz, expansión, luminosidad, plenitud, amor y comprensión. Cuando sentimos esto, es porque estamos alineados con ella. Alma y ser son lo mismo. ¿Una reflexión final? Recordar algunas verdades del alma que ennumero en el libro. Somos amor incondicional. No necesitamos nada. No podemos fracasar. Nada está separado de los demás. No somos ni seremos juzgados. Eres el creador de tu propia realidad. Eres luz e iluminas lo que miras. Eres sabio y capaz de crear riqueza. Eres feliz y capaz de hacer felices a los demás. Eres amoroso y nunca estarás solo. Eres generoso y nunca te faltará nada. Eres seguridad y puedes estar indefenso. Eres poderoso y humilde de corazón.
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