Dios necesita de ti
Los primeros griegos veían el mundo como un lugar ordenado en el que todo se revelaba para un propósito específico o "fin último" llamado telos. Su filosofía del propósito se llama "teología".
Ellos asumían que las personas, al igual que todos los fenómenos de la naturaleza, tienen también un propósito.
Los eruditos judios se hicieron eco de este modo de pensar y posteriormente lo incorporaron los pensadores cristianos.
Desde un punto de vista teológico, el propósito de la vida terrenal es prepararse para el cielo, para la venida del Mesías o para el Día del Juicio Final, o la redención de las almas, etc., (dependiendo de cada teología concreta). Si la religión ha tenido tanto éxito a lo largo de los tiempos se debe, en parte, al hecho de que proporciona significado y propósito a los individuos, lo que resulta más dificil de obtener en una sociedad consumista, pues no encontrará significado o propósito en un catálago de unos grandes almacenes ni podrá encargarlos por internet. Así pues, el despejado camino de una religión organizada puede ser realmente llamativo.
Cómo podría existir el hombre si Dios no le necesitara y cómo existirías tú?
Necesitas a Dios para ser, y Dios necesita de ti, pues es éste el significado de tu vida.
Martin Buber
Martin Buber, un pensador judío que nació en Austria y más tarde se fue a vivir a Israel, es famoso por su Filosofía de las Relaciones. Sus escritos tuvieron impacto en varios campos del saber, como la filosofía, la psicología, el asesoramiento filosófico y la religión. A diferencia de muchos otros pensadores, Buber prevé la transformación de sí que, no es una transformación interior. No es un cambio dentro de mí, sino entre yo y los demás. Esto es así porque, según él, las relaciones son un aspecto central de lo que somos. Una persona nunca es un átomo aislado, sino que siempre es una “persona-en-relación”. Mi identidad como persona se basa en mis relaciones con mis amigos y miembros de la familia, con compañeros y vecinos, con árboles, animales, naturaleza, incluso con Dios. Estas relaciones son una parte esencial de lo que soy, no puedo estar separado de ellas.