Tres mitos comunes de la meditación y cómo superarlos


Hay tres mitos comunes o ideas falsas acerca de la meditación que nos impiden darnos cuenta del poder y los beneficios de la práctica. Sin embargo, podemos fácilmente encontrar la manera de superarlos.

1. La meditación tiene que ser pacífica (que a menudo no sucede)

Este es uno de los mayores obstáculos para la meditación: la creencia de que la meditación se trata de cultivar un estado muy tranquilo de la mente. A veces, cuando meditamos, nos encontramos con que nuestra mente está saltando por todo el lugar y pensamos que esto significa que no estamos meditando y nos damos por vencido. Si bien es cierto que muchos meditadores encuentran la mente tranquila durante la meditación,  no es el objetivo de la práctica.
La meditación es aprender a estar completamente presentes y conscientes de cualquier pensamiento, las emociones, de las visiones, olores o sonidos que surgan. Estamos aprendiendo a estar totalmente presentes en el momento, sin importar lo que llega a nuestros sentidos. Y cuando podemos hacer eso, encontramos la paz aun en medio de nuestros pensamientos y emociones más turbulentas.

2. La meditación lleva demasiado tiempo

Sin duda, es bueno meditar durante mucho tiempo. Pero eso no quiere decir que no se pueda realizar una breve sesión.  Así que en lugar de esperar hasta tener tiempo suficiente, es mejor meditar un minuto en lugar de no hacer nada.
Algunos ejecutivos de software en Silicon Valley a menudo con una apretada agenda, en  muchas oportunidades realizan sesiones cortas de meditación. Si una reunión termina temprano cierran la puerta de la oficina y meditan unos minutos.
El punto es, que con un poco de ingenio, podemos descubrir muchos espacios en nuestros días que se prestan a la práctica de la meditación.

3. La meditación es retirarse del mundo

Algunas personas piensan que la meditación es una manera de retirarse de la vida y sus preocupaciones prácticas. Tal vez pensamos en la práctica de la meditación como una forma de escapar de la "rutina diaria". Mucha gente critica el estilo de vida contemplativa como socialmente contraproducente. En lugar de trabajar en beneficio de la humanidad, los meditadores sólo están interesados ​​en ensimismados estados de ánimo.
Pero la meditación no es una manera de bloquear nada, sino una forma de estar totalmente presente y disponible en este momento. En lugar de estar obsesionados con pensamientos sobre el pasado o preocupaciones sobre el futuro se aprende a vivir el hoy.
En lugar de escapar de los problemas de la vida nos podemos encontrar mucho mejor preparados para hacerles frente; al vivir en el momento presente, descubrimos que podemos participar más plenamente en la gloria (lo bueno y lo malo) de la vida.

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